La temporada 2020 de José Altuve ha sido genial para todos menos para él, con 21 ponches en apenas 20 juegos.
El ex MVP y All-Star de 30 años está tan mal como parece, ya que el escándalo del robo de señas de los Astros no se desvanece en el trasfondo de una temporada acortada de la MLB. La razón de esto es obvia: es una mancha en el béisbol, y no una que desaparecerá pronto.
La mala racha de Altuve está bien documentada y no está claro si el descontento hacia él y sus compañeros de equipo tiene algo que ver con el promedio de bateo más bajo en su carrera. Su degradación autoimpuesta en la alineación de Houston tampoco ha producido muchos resultados hasta ahora.
Aunque algunas personas se sentirian mal por Altuve y sus ponches, no todos los fanaticos del beisbol entran en ese grupo
El nuevo gerente, Dusty Baker, dijo a los medios lo duro que se está tomando Altuve su lucha personal (como si se suponía que debíamos sentirnos mal) la semana pasada. Con .184 y 21 ponches en el año, el promedio de bateo de Altuve y la gloria estadística deberían regresar eventualmente, incluso si es un efecto secundario ridículo de la presión interna en este momento.
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Es razonable suponer que los Astros tenían esto merecido, pero si hay algo que faltaba en el informe de Rob Manfred, era alguna forma de castigo para los jugadores involucrados. En cambio, Manfred y la MLB concedieron a Altuve y similares el anonimato a cambio de detalles, lo cual es bastante seguro asumir que no revelaron. En cambio, AJ Hinch, Jeff Luhnow, Alex Cora y Carlos Beltran fueron suspendidos durante un año o más, y con razón.
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