Luego de armar un show cuando el béisbol estaba en decadencia, Sammy Sosa ve lejos la probabilidad de entrar a Cooperstown.
Cuando el béisbol estaba en su peor momento, por allá en 1998, un slugger que se hacía llamar “Sammy” junto a un poderoso pelotero llamado Mark McGwire, armaron un gran espectáculo con sus kilométricos batazos que hacían ilusionar a un país que iba en picada con su segundo deporte más visto. A lo largo de la campaña de 1998, se hicieron sentir, rompiendo la marca impuesta por Roger Maris de 62 cuadrangulares en una zafra. Tanto Sosa quien sacó 66 HR, y McGwire con 70, quedaron con una ardua lucha para el premio “MVP” que se llevó el dominicano.
¿Por qué tiene tan lejos las posibilidades de entrar a Cooperstown? bien se sabe que Sammy Sosa nunca dio positivo a los exámenes que se venían haciendo arduamente en esa época, no hay algo palpable, pero lo que si está en duda es que cambio drásticamente su físico, siendo ahora un slugger jonronero con talla alta. Claro, eso tampoco es motivo para catapultarlo de tramposo, pero, hubo otro escandalo entorno al juego.
El 3 de junio de 1998, ante un juego interligas entre los Tampa Bay y Cachorros de Chicago, Sosa uso un bate relleno de corcho, luego de presentar un slump donde apenas conectó 1 cuadrangular en 20 juegos. El bate se partió en medio de un machucón, fue inspeccionado por el árbitro Tom McClelland, y los otros 76 bates de Sosa también fueron revisados con Rayos X y dictaminaron que estaban limpios.
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Sammy Sosa se le cierran cada vez más las puertas de Cooperstown con todos los escándalos que atravesó dentro del terreno. Él posee 609 HR (9no lugar de todos los tiempos), 1,667 carreras impulsadas, y 2,408 imparables, números suficientes para inmortalizarlo.
