En el juego del sábado contra Cardenales, Daniel Robertson de los Cerveceros de Milwaukee conectó un doble tan extraño que probablemente pase solo una vez al año.
El doble de Daniel Robertson al jardín izquierdo en la octava entrada fue uno de varios momentos en el juego del sábado que dejó a los fanáticos, locutores y espectadores en casa preguntándose: “¿Qué?”. El hit de Robertson ante el zurdo de los Cardinals, Andrew Miller, dejó el bate a 102.5 mph con un ángulo de lanzamiento de 33 grados, según Statcast, y habría sido un jonrón en siete estadios… pero no en el Busch Stadium.
Apenas estamos en las dos primeras semanas de la temporada y ya sentimos que ha pasado de todo. En la parte alta de la octava entrada del juego del sábado, Robertson mandó una pelota a la cerca frente a los bullpens en el jardín central izquierdo. La pelota conectó directo con la cerca y rebotó en el aire pasando por encima de la pared.
Normalmente las pelotas volverían a entrar en juego después de conectar con una valla de esa manera. Incluso si van al aire después de chocar la cerca, generalmente regresan al campo. Y eso es lo extraño, que esta conectó de alguna manera tan peculiar que desarrolló un giro que la envió hacia atrás.
Incluso el mismo Daniel Robertson no entendió que pasó en ese doble cuando la pelota llego a la cerca, y respondió al tuit de los Cervceros de Milwaukee diciendo “Estoy tan confundido como todo el mundo. De seguro eso pasó por los Aliens“.
La regla dicta que cualquier bola bateada en territorio seguro que conecte el revestimiento de una pared baja y luego salte sobre una pared más alta se considera una bola muerta.
Debido a esto los árbitros consideraron que contaba como un un doble con el que Robertson perdió la oportunidad de anotarse un RBI, pero su equipo de todas formas ganó 9-5 sobre Cardenales.
