A los 33 años, Lucroy ya no es el jugador multidimensional que solía ser. Uno de los mejores receptores versátiles del juego desde 2012 hasta 2016, el veterano ha saltado de equipo en equipo desde entonces.
En las últimas tres temporadas, Lucroy lleva una línea de bateo acumulativa de .248/.315/.350 en 1,263 apariciones en el plato. Todavía es difícil de ponchar, pero no hace el tipo de contacto que alguna vez hizo. Eso se refleja en disminuciones tanto en el poder como en el promedio de bateo.
Las habilidades que Lucroy alguna vez presumió detrás del plato también han disminuido.
Si todo eso es un poco negativo, es porque Lucroy estableció un estándar tan alto al principio de su carrera. Promete representar una profundidad valiosa en la receptoría para los Medias Rojas y tal vez podría incluso disputar un lugar en el roster si hay una lesión o si el equipo considera un tercer receptor detrás de Christian Vázquez y Kevin Plawecki.
