Muchos todavía tienen la discusión sobre los riesgos del regreso de la MLB contra el COVID-19, acá de explicamos algunas de las implicaciones que están sobre la mesa:
Para comenzar, hay que ver cómo afectaría a los jugadores una temporada fuera, los afecta de varias maneras, y ninguna es buena:
1 – En lugar del salario colectivo de más de $ 4 mil millones que se les debe, obtienen los $ 170 millones que negociaron en un acuerdo de finales de marzo con MLB. Ese dinero se agotaría a fines de mayo, lo cual, nuevamente se alineaba con el movimiento hacia un plan en ese momento.
2 – Los jugadores se enfrentarán a un año en el que expira el acuerdo de negociación colectiva y los propietarios se prepararán para una lucha para cosechar la mayor cantidad de dinero posible para compensar las pérdidas en 2020.
3 – Todos envejecen un año más, si bien el acuerdo otorga a los jugadores un año completo de servicio en caso de una temporada perdida, los que alcance la agencia libre son recibidos con un mercado deprimido.
4 – Ahora, los números 2 y 3 siguen siendo posibles incluso si se juegan los 60 juegos, pero son mucho más probables en un entorno donde las partes no han trabajado juntas para crear una asociación con visión de futuro.
Tomando estos 4 puntos en cuenta es entendible que los jugadores hayan estado de acuerdo en volver, bajo ciertas reglas de cuidado.
Las medidas de precaución, ¿son suficientes para sentirse seguros?
En el nuevo acuerdo no todo es color de rosa para los jugadores. De acuerdo con Bob Nightengale:
“Solo los jugadores considerados de ‘alto riesgo’ pueden elegir quedar fuera de la temporada y todavía recibir su sueldo completo prorrateado”
“En el protocolo final de salud / seguridad: los jugadores que tienen esposas embarazadas pueden irse con licencia de maternidad de 3 días y recibir un pago, o en caso de emergencia familiar, recibir un pago por un máximo de 7 días. Sin embargo, si el jugador aún necesita más tiempo, depende del criterio del club pagar el salario o no.”
En este acuerdo parece que los jugadores sacrificaron mucho para cobrar una (más o menos) temporada más.
Lamentablemente en un mundo en el que existe COVID-19 es un mundo donde la normalidad ha sido redefinida. Algunos fanaticos opinan que deben dejar de preocuparse por cuántos juegos se jugarán y cuánto quieren que se les pague a los jugadores por esos juegos. En cambio, enfóquense en la enfermedad que todavía está presente y que aún le está quitando la vida a miles de personas.
Quizás la viabilidad financiera del regreso de MLB nunca debería haber sido una pregunta, porque MLB nunca eliminó el obstáculo de que sea seguro reanudar las actividades de béisbol. Pero hay que entender que no solo los dueños pierden, pero también los jugadores, a estos últimos le dolerá aún más que a los primeros. La nueva normalidad no es segura y acogedora.
El regreso de la MLB contra el COVID-19 es un gran riesgo, pero confiamos en que las finanzas no se interpongan en la salud de los jugadores.
